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Reseñas

EL NUEVO DÍA - Por Dentro
San Juan, Puerto Rico
7 de septiembre de 1998

Puerto Rico . . . al natural
por Juan Carlos Pérez Duthie
de El Nuevo Día

Para muchos en este país, es probable que la definición de fauna nativa se limite simplemente al coquí. Pero, para el biólogo cubano Alfonso Silva Lee, la variedad de animales de la Isla se extiende mucho más allá de la famosa rana, inmortalizada como souvenir, en la mayoría de los casos, erróneamente. Porque, por lo general, las ranas que se ven en estas camisetas o figuras de cerámica tan codiciadas por los turistas, son representaciones de ejemplares sudamericanos. Con un nuevo libro, sin embargo, la desinformación podría comenzar a corregirse.

Desde finales de 1996, Silva se ha dedicado a estudiar las criaturas de Puerto Rico (y en menor escala sy flora), tal y como hiciera en su tomo anterior, Cuba natural. Los resultados de su investigación pueden apreciarse ahora en el vistoso tomo Puerto Rico natural, con texto en español e inglés y más de 70 fotos a color, que acaba de ser publicado por la casa editorial Pangaea y que se encuentra a la venta ya en algunas librerías del país. Fundada como publicadora independiente en 1990, Pangaea desarrolla libros que se dedican a promoción de la de la conservación ambiental en América Latina y el Caribe.

Algo indiscutiblemente necesario en el Puerto Rico de hoy.

"La idea general es que, en ninguna de las Antillas existe una relación estrecha entre el hombre y la naturaleza", dice el científico, quien ahora vive en el barrio Real Anón, cerca de Ponce. "La naturaleza en las islas ha sido ignorada o despreciada, y no sé cuál es peor. Creo que el que haya sido ignorada".

Por lo que Silva, 25 años atrás, enfocó su interés hacia las criaturas del Caribe, escribiendo sobre ellas y documentándolas mediante fotografías.

"En todas las Antillas hay un problema de sensibilidad", dice el autor de nueve libros sobre esta temática. "Aquí lo veo también".

Al punto de que, aunque existían algunos escritos sobre la fauna y la flora de la Isla, no había en realidad un libro que presentara de manera cotidiana pero precisa, con amplia representación gráfica, el tópico.

"Existe una necesidad. Está este nicho ecológico al cual muy pocos le prestan atención y creo que, poco a poco, y en la medida que pueda, Puerto Rico natural ayudará a crear un contacto", opina Silva.

Este contacto, continúa, es imperativo entre la juventud del país si ha de sobrevivir la naturaleza que les rodea.

"Este es un libro destinado fundamentalmente a los jóvenes entre 12 y 18 años, pero que puede ser consumido por cualquier adulto sin ñoñerías ni guanajerías", afirma.

La idea de hacer un libro de la naturaleza de Puerto Rico se remonta a 1992, cuando Silva pasó seis meses en la Isla. Acumularía una buena cantidad de fotos, de casi 100 especies de fauna. Regresaría en 1993, y otra vez al año siguiente, cuando contaría ya con un borrador en proceso.

Para 1996, tenía unas 250 especies bien documentadas y fotografiadas. Colegas suyos puertorriqueños harían observaciones al texto. Algunos incluso viajarían con él en sus expediciones por la isla.

"La tercera parte de las imágenes en el libro son de los alrededores del sitio donde vivo", explica. "Otras pertenecen a un puñado de reservas, en Guánica, Cambalache, Maricao y por ahí. Sorpresas ricas todas".

¿Cómo compara la biodiversidad de Cuba con la de Puerto Rico?

"Lo más interesante es que, son la misma sinfonía pero arregladas de manera completamente diferente", explica. "Eso es lo que ocurre en cada isla antillana. Que hay una riqueza grande de reptiles y anfibios, insectos y aves, pero cada una de las islas tiene un puñado exclusivo".

La preservación ecológica en un país de tanta construcción como Puerto Rico es un área en el cual el científico prefiere no entrar.

"El tema es sumamente controversial y subversivo", señala. "Presento este asunto de una forma muy general, donde destaco que el hombre no se siente identificado con los valores naturales, y no sabe lo que tiene".

Un sueño de Silva es que Puerto Rico natural sea distribuido en escuelas del país, no sólo para que sirva de introducción a la fauna autóctona, sino de instrumento educativo que invite a un mayor interés por parte de las nuevas generaciones.

Por ello, prepara también otro libro de fauna puertorriqueña, en esta ocasión para niños de 8 a 12 años.

"Pienso echar raíces aquí", afirma Silva, "para así poder moverme por las islas y ayudar a llenar el vacío que existe en cuanto a una conciencia ecológica".

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